14 de septiembre de 2025

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De Crónicas

UN SIFÓN DE LA MARCA ‘PEDRO PERDIGUERO’ Y EL ARRAICO DE FÁBRICAS DE GASEOSAS EN ÁVILA

UN SIFÓN DE LA MARCA ‘PEDRO PERDIGUERO’ Y EL ARRAICO DE FÁBRICAS DE GASEOSAS EN ÁVILA
UN SIFÓN DE LA MARCA ‘PEDRO PERDIGUERO’ Y EL ARRAICO DE FÁBRICAS DE GASEOSAS EN ÁVILA
Jesús Mª Sanchidrián Gallego
  • 14 de Septiembre de 2025

Una botella sifón de gaseosa, una caja de hojalata de dulces, una navaja de afeitar y una cámara de fotos son las piezas de verano que expone el Museo de Ávila hasta el 22 de septiembre de 2025. Son ejemplos pequeñas cosas que nos hablan de comercio, tiendas y vida cotidiana en Ávila a partir de cincuenta años atrás. De ello ya nos ocupamos en la conferencia inaugural que impartimos el pasado 10 de julio.

Ahora, nos detenemos en una de ellas, ese sifón que nos habla de tantas cosas de tiempos pasados que en Ávila, en este caso, protagonizaron los fabricantes de gaseosas, entre los que sobresalió la marca «La Madrileña» que regentaron sucesivamente los hermanos Santodomingo y sus herederos los Perdiguero en la calle de San Segundo.

La pieza ha sido donada por D. Víctor Vilán Pérez en 2025, y proviene de Padiernos, habiendo pertenecido en origen a su tío D. Hipólito Hernández. En ella se observa decorando la botella una inscripción en la que puede leerse grabado al ácido: LA MADRILEÑA / FÁBRICA DE BEBIDAS GASEOSAS / DE / SANTO DOMINGO / ÁVILA / FERRO SELTZ.

A partir de dicha información sabemos del hábito saludable del consumo de gaseosa en Ávila, de su fabricación en la ciudad por el industrial «Santo Domingo», de la singular marca que comercializa la bebida llamada «La Madrileña» y del sistema de elaboración a partir de aguas con especiales propiedades ferruginosas y carbonatadas (Ferro-seltz).

Así, el objeto material dice mucho de un peculiar diseño de producción industrial a partir de una botella de vidrio grueso marcada y coronada por una cabeza o boquilla que guarda el mecanismo de introducción de gas.

Más aún, dicha boquilla, que completa el sistema sifónico de la botella de grueso, hace referencia a su fabricante (L.M.T.), su calidad, hecha con estaño que evita los efectos nocivos del plomo, a la vez que se identifica al distribuidor y vendedor abulense, Pedro Perdiguero. Con estos datos sabemos algo más de la evolución comercial de la gaseosa, una bebida burbujeante de agua edulcorada a la que se le inyecta gas CO2.

Lo sorprendente es que estamos hablando de un producto y una marca que todavía pervive en Ávila. Efectivamente, aunque la gaseosa dejó de fabricarse después de cien años ininterrumpidos, hoy la casa «Perdiguero» sigue dedicándose a la droguería y la perfumería, otras de las actividades que siempre han estado agrupadas en la misma explotación industrial del grupo familiar.

PRODUCCIÓN DE GASEOSAS EN ÁVILA.

La gaseosa, refresco, soda o cola es una bebida hecha a base de agua carbonatada, edulcorantes naturales como fructosa o sacarosa o sintéticos como el ciclamato (E952), acidulantes, colorantes, antioxidantes, estabilizadores de acidez y conservantes.

Y la historia de la frabricación de gaseosa en Ávila ya nos la contó el propio Pedro Perdiguero Guerrero con ocasión del noventa aniversario de la fábrica, año en el que ya contaba con cincuenta y dos años de antigüedad en el negocio y en el que se renovaron las instalaciones, tal y como titula El Diario de Ávila:

«Cerca de un siglo, día tras día, la fábrica de gaseosas «La Madrileña», fundada en 1872, cumple 90 años de funcionamiento ininterrumpido. La excelencia de los productos de esta ejemplar industria abulense, le ha valido numerosos y preciados galardones en diversas exposiciones internacionales» (DAV, 10.07.1962).
Así, por cuanto recuerda Pedro Perdiguero (Sucesor de Santo Domingo), sabemos que «La Madrileña» fue la primera industria de esta clase, fundada en Ávila en el año 1872 y lo fue, precisamente, en la misma la calle de San Segundo, en la cual hoy están abiertos los negocios de droguería y perfumería «Perdiguero».

La veterana industria fue creada por los hermanos Antolín y Manuel Santo Domingo Guerrero, quienes habían abandonado Madrid por motivos de salud y se afincaron aquí donde fundaron la primera fábrica de gaseosas que se instaló en Ávila y toda su provincia.
«La Madrileña», fue la marca «decidida por los fundadores en honor de la ‘patria chica’ de la esposa de don Manuel Santo Domingo; razón social que, desde un principio, quedó registrada en el Ministerio de Industria y que se ha venido renovando periódicamente sin modificación alguna» hasta que dejó de elaborarse en los años setenta del pasado siglo.

El podio histórico de la pujanza de la industria y el comercio abulense de entonces lo ocupaban los Hermanos Santo Domingo y sus sucesores los Perdiguero, y la pastelería «La Flor de Castilla», antes llamada «La dulce Avilesa», instalada por Isabelo Sánchez. primero en la calle Reyes Católicos y después en la calle Don Geróimo, a quien le sucedieron sus hijos, José y Manuel.

A ellos se sumaba el inolvidable José Tomé Fernández, propietario en aquel momento del «Hotel Inglés», luego llamado «Hotel Continental».

Entre las medallas y diplomas con los que fueron galardonadas las gaseosas de Santo Domingo, destacan: Medalla de oro en las Exposiciones Internacionales de París y de Bruselas de 1888; medalla de oro en el Concurso Internacional de la Sociedad Científica Europea, celebrada en Madrid en 1890; diploma de honor, medalla de oro y cruz de la Exposición Internacional celebrada en Murcia de 1904; medallas de plata y de bronce en el «Premio al Mérito», convocado en Ávila con motivo del III Centenario de Santa Teresa de Jesús y celebrado el 15 de octubre de 1882; y medallas de la Exposición Internacional de ValladoIid de 1905.

En cuanto a la variada producción de bebidas de la industria de los Hermanos Santo Domingo, los premios obtenidos en Ávila con motivo del Centenario de Santa Teresa de 1882 en Ávila son suficientemente elocuentes: Medalla de plata. «A D. Antolín Santodomingo, de Ávila, por rom escarchado de muy buen gusto, aceite de anís escarchado, bastante bueno, y sidra espumosa, y por el esmero en la elaboración».

Y medalla de bronce a «D. Antolín Santodomingo, de Ávila, por el agua de Seltz; y, principalmente, por el progreso de su fábrica de bebidas gaseosas». Y, medalla de bronce, a «D. Antolín Santodomingo, de Ávila, por un jarabe de zarzaparrilla y limonada gaseosa, bien elaborados» (Boletín III Centenario Sta. Teresa, 8.11.1982).

Después de la muerte sin hijos de Antolín Santo Domingo en 1912, y del fallecimiento de su hermano Manuel en 1914, les sucedieron sus sobrinos, Teodoro Perdiguero Guerrero en la droguería, y Pedro Perdiguero en la fábrica de gaseosas, quienes ya trabajaban desde jóvenes en el negocio familiar, quienes siguiendo la misma línea que los fundadores se publicitan así en El Diario de Ávila del 14 de octubre de 1915:

«La Madrileña. Fábrica de bebidas gaseosas de Santodomingo. San Segundo, 6. Ávila. Gaseosas de limón, zarzaparrilla, naranja, fresa, sidra y franbuesa. Jarabes reconcentrados de limón, zarzaparrilla, naranja, fresa y franbuesa. Botella de un litro dos pesetas veinticinco céntimos. Premiadas las bebidas gaseosas de esta cas en la exposiciones de París, Bruselas, Madrid, Murcia y Valladolid con medalla de oro y diploma de honor».

En cuanto a la actividad de droguería, se anuncia: «Droguería de Santodomingo. San Segundo, 6. Ávila. Productos químicos y farmacéuticos, especialidades extranjeras y del país. Aguas minerales, colores, barnices, esmalte, brochas, pinceles, cepillos. Depósito de nutritivo ‘vitil’ para abono del viñedo»

Sobre algunos aspectos de la personalidad de los fundadores de la industria abulense de gaseosas y droguería, los cuales aparecen reseñados en las páginas del Diario de Ávila, apuntamos que Manuel Santodomingo, fue profesor de la escuela Normal (DAV, 3.08.1899). Por su parte, Antolín fue uno de los suscriptores populares para restaurar el humilladero de los Cuatro Postes (DAV, 19.11.1904), regentó droguería en calle San Segundo (DAV, 15.02.1912) hasta su fallecimiento en junio de 1912 (DAV, 17.06.1912). Además de la fabricación propia de bebidas, los Santo Domingo también eran representantes de la bebida espumosa “SINALCo” (DAV, 17.06.1907).

Y en su contribución caritativa los hermanos suscriben aportaciones para socorro de familias de reservistas (DAV, 9.11.1909), y para la cocina económica que se ofrecía a los pobres de la ciudad (DAV, 16.03.1910).

En las fechas del 90 aniversario de la fundación de la fábrica de gaseosas que se cumple en el año 1962, las instalaciones fabriles cuentan con depósitos y filtros desde donde el agua pasa a la máquina saturadora, tomando a la vez de gas suficiente del gasómetro, por medio de una bomba aspirante-penente; gas fabricación propia; máquinas para lavar mecánicamente las botellas, con motor que mueve el agua a presión; y amplias estanterías repletas de botillería, etc.

Además, los Perdiguero también fabrican jarabes, y para celebrar la conmemoración han comenzado la elaboración, con la marca «Diana», de zumos naturales de limón y de naranja, dándose el dulzor a base de azúcar, exclusivamente, prescindiendo de otra cualquier composición química.

Sobre la importancia de la fábrica «Perdiguero» en la economía de Ávila, el Diario de Ávila destaca «la ejemplaridad de una industria abulense, que sin ruido sin grandes alardes publicitarios -hoy tan en uso- con perseverancia y laboriosidad, ha sabido mantener una clientela adicta y constante, ganada, sencillamente, por calidad de sus fabricados y por su honradez comercial.

Y así es como hoy se fabrican allí, a buen ritmo ya, no solamente las gaseosas que Ie ha dado tan justa fama y las aguas carbónicas (agua de “seltz”, vulgarmente conocida por “sifón”), sino también, desde ahora, los ricos zumos naturales de naranja y de limón, que hemos tenido ocasión de degustar personalmente, por lo que podemos dar fe de su excelencia» (DAV, 10.07.1962).

En cuanto a los hermanos Teodoro y Pedro Perdiguero Guerrero, sucesores de Manuel y Antolín Santo Domingo, diremos que Teodoro nació en Huerta de Rey (Burgos), y él se ocupó del negocio de droguería hasta su muerte en 1950 (DAV, 3.06.1950), disponiendo entonces con carácter vitalicio la donación de una cena de Nochebuena a 12 pobres de la localidad de su pueblo natal creando una fundación para ello (La voz de Castilla, 24.01.1951 y 13.08.1954).

En el primer aniversario de su muerte ruegan por su alma: «Sus desconsolados hermanos doña Nicasia, don Francisco, doña Andrea, don Pedro y doña Agapita Perdiguero Guerrero; hermanos políticos doña Lucidia Guerrero, don Cándido Ureta; tío don Felipe Guerrero Santodomingo; sobrinos, sobrinos políticos, primos y demás familia»; (DAV, 28.05.1951).

PEDRO PERDIGUERO.

De la celebridad de Pedro Perdiguero y su altruismo sabemos por las abundantes reseñas de su participación en las más variadas causas. Así, colabora en las fiestas infantiles para niños (DAV, 15.12.1913); fue tesorero de la sociedad recreativa “Los Alpinos”, en la que recaudó fondos para los heridos de África (DAV, 7.11.1921); participó en la suscripción de la sociedad “El Hogar Abulense” para regalar una batuta de honor a D. Gregorio Jiménez Vázquez (DAV. 22.12.1927); y colaboró en la fiesta de la industria y comercio (DAV, 3.11.1928).

También contribuyó con donativos y suscripciones para socorrer a la familia de las víctimas del derrumbe de una pared en la calle Cárcabo de Santo Domingo (DAV, 13.041932); para la fuerza pública y el ejército (DAV, 26.08.1936); para la viuda de don Andrés Álvarez (DAV, 2.09.1936 y 7.11.1936); para los artistas del Circo Maravillas (DAV, 4.09.1936); para la adquisición del acorazado ‘España’ (19.10.1937); para la tómbola de la Delegación de frentes y hospitales (21.10.1938); para el Aguinaldo del Combatiente (DAV, 7.12.1938); para las poblaciones liberadas (DAV, 27.01.1939); para la Campaña de Navidad en favor de los humildes (DAV, 21.12.1946 y 17.01.1961); para el comedor de Caridad (DAV, 19.01.1952; 2.06.1952; y 8.04.1958); para los damnificados de Valencia (DAV, 23.10.1957); para la Semana Santa (DAV, 3.04.1957); para la Cruz Roja (DAV, 14.08.1956), y para reparar mano de Santa Teresa (DAV, 22.05.1962); y para damnificados del Perú (DAV, 3.07.1970).

En su aspecto profesional y social, el periódico reseña que Pedro Perdiguero realizó estudios mercantiles en la Cámara de Comercio (DAV, 21.04.1919); formó parte de la directiva del Real Ávila F. C. (DAV, 18.05.1929); suscribió la posición de los comerciantes en favor del traslado del Mercado de los viernes al Mercado Grande y a favor del concejal Sr. San Román (DAV, 14.04.1930); participó en la marcha a Madrid para homenajear a Santa Teresa asistiendo a la representación de la obra de Eduardo Marquina (17.12.1932); practicaba la caza en la dehesa de Verdeja (DAV, 20.12.1939); perteneció al sindicato vertical de ganadería (DAV, 29.09.1944); fue candidato electo del sindicato de la Alimentación y Coloniales (DAV, 10.11.1944); y presidió la Mutualidad Industrial y Mercantil de Ávila y su Provincia (DAV, 5.07.1962; 13.06.1967; 15.07.1968; 24.09.1969); es miembro de la Cámara de Comercio y Centro de Iniciativas y Turismo (DAV, 29.12.1970); y es elegido Vicepresidente del ramo de seguros en la Cámara Sindical (DAV, 27.07.1971).

Para mejora de su industria, Pedro Pediguero pide al ayuntamiento una conexión de la fuente del Grande para el agua que necesita para su industria de gaseosas (27.05.1932). De la misma manera, obtiene licencia de obras para reformar el establecimiento del negocio familiar (DAV, 21.03.1956); anuncia la droguería y la venta de productos ‘kromolit’ (29.05.1956); obtiene licencia para levantar una planta en la casa de la calle de San Segundo (DAV,26.04.1971), pero se le deniega lal instalación un anuncio luminoso (DAV, 13.10972); y amplía el negocio con la venta de gasóleo para calefacción en calle La Parrilla (DAV, 14.12.1976).

En el aspecto familiar, fue noticia su boda con Victoria Frades San Miguel el 16 de febrero de 1925 en la iglesia de san Pedro Apóstol (DAV, 16.02.1925); la muerte de su hijo, José María, de tres años (DAV, 22.08.1929); el nacimiento de su hijo (DAV, 18.06.1930), que sufrió heridas por la coz de un caballo (DAV, 15.07.1930); el nacimiento una hija (DAV, 9.07.1931) y de otra llamada María Teresa, (DAV; 20.02.1943); la boda de su hijo Pedro Perdiguero Frades con Sonsoles Jiménez Negrete (DAV, 6.11.1958); la boda de su hijo hijo Emilio Perdiguero Frades con Isabel Martín Arribas (DAV, 22.09.1960); y la celebración de sus bodas de oro (DAV, 22.02.1975).

Finalmente, Pedro Perdiguero muere el 13 de junio de 1977, a los 79 años de edad, con el ruego de una oración por su alma por parte de su familia: «Doña Victoria Frades San Miguel; hijos Antolín, Isabel, Pedro, Emilio y María Teresa; hijos políticos Milagros Sánchez, Marcos Palacios, Sonsoles Jiménez, Isabel Martín y Pedro Saíz Heras; hermana doña Agapita; y madre política doña María San Miguel» (DAV, 14.06.1977).

A ello se une la sociedad “Piscinas Ávila, S. A.”, de la que era consejero (DAV, 22.08.1977), y el Real Ávila, club de futbol del que era vicepresidente su hijo Emilio, guardó un minuto de silencio en el encuentro en el que los jugadores sacaron brazaletes negro, partido en el que goleraron al Torrijos (DAV, 27.06.1977).

OTRAS FÁBRICAS DE GASEOSAS EN ÁVILA.

Ante el auge de las pequeñas industrias de producción de gaseosas, el farmacéutico abulense, Nicanor Calleja, publicó un curioso librito titulado Estudio de la Industria Gaseosa, «donde se ocupa de los efectos del exceso del ácido carbónico en las aguas gaseosas» (DAV, 7.06.1903), lo que supuso una novedosa aportación científica.

Por otra parte, la fabricación de gaseosas en Ávila y provincia hasta el final de los sesenta del siglo pasado ha sido una peculiar actividad ligada al consumo de bebidas carbonadas servidas con sifones, en la cual también hubo otras iniciativas relevantes, aunque de corta duración.

No hay que olvidar que en los años cincuenta, más de cinco mil pequeñas fábricas de gaseosas, sifones y refrescos se distribuían a lo largo del territorio peninsular. Pedro Perdiguero habló de casi dos docenas de fábricas abiertas sucesivamente en Ávila. Entre ellas, las marcas que por entonces se establecieron en la capital fueron «La Abulense», «La Montañesa», «La Amistad», «La Higiénica», «Mariano Sánchez», «La Brasileira». «La Pitusa», «La Casera», «Antolín García» y «La Revoltosa».

«La Abulense» fue la fábrica de gaseosas de Pérez y Herrero que funcionó en la Calle Zendrera 25 (Don Gerónimo), en pleno centro de la ciudad.

La fábrica se inauguró el 8 de abril de 1903. Era «un establecimiento montado según las exigencias de los últimos adelantos», con gran variedad de exquisitas bebidas y precios sumamente económicos (DAV, 8.04.1903).

Esta fábrica se anunciaba así: «La Abulense. Fábrica de Gaseosas de Pérez y Herrero. Zendrera, 25. Ávila. Gaseosas de todas clases. Agua de seltz. Cervezas de las mejores marcas. Representante en la provincia de la acreditada fábrica de Madrid ‘El Águila’. Se sirve a domicilio» (DAV, 15.10.1903).

Para una adecuada funcionalidad de los sifones, estos debían ser recambiables y recargables por el fabricante, tanto por motivos sanitarios y de seguridad, como por la propia vida útil de la botella y de la cápsula que guarda la válvula de inyección del gas (en el caso de lo sifones domésticos) y de liberación del agua carbonatada o gaseosa.

Por ello, «La Abulense» insistía con sucesivos anuncios: «Los dueños de esta casa ruegan a su clientela devuelvan los sifones que tenga en su pose con objeto de cambiarles las boquillas, por otras higiénicas» (DAV, 23.03.190).

Destaca entre los reclamos más publicitados de «La Abulense», la campaña que tenía lugar en Semana Santa: «En esta casa se vende la verdadera limonada gaseosa de Semana Santa, hecha con zumo natural de Mesina.

También se expenden gaseosas de todas clases, como limón, naranja, manzana, zarzaparrilla, fresa, piña, plátano, etc., de inmejorable calidad, tanto por los componente que se emplean para su elaboración, como también por haber puesto los dueños de esta fábrica la frente de la misma, a un inteligente y acreditado maestro cervecero de Madrid.

Así mismo encontrará el público en esta dicha casa, cervezas de las mejores marcas, entre ellas, la nueva y ya acreditadísima de ‘El Águila’, cuya representación tienen en esta provincia dichos socios Pérez y Herrero» (DAV, 29.3.1909).

Al juzgar por los anuncios de esta marca, la misma dejó de funcionar en 1909, y en el local que ocupaba situado frente al Alcázar, una vez pasada la Puerta del Mercado Grande, «se estableció el café y cervecería de D. Francisco Estrada, decorado elegantemente y con un buen servicio atendido por camareras» (J. Mayoral, Ávila, 1916).

Otra fábrica de gaseosas que se estableció en Ávila a principios del siglo XX fue la llamada «La Montañesa», cuya apertura en el número 16 de la plaza del Alcázar se anunció el 3 de noviembre de 1904 por el industrial Luis Almagro (DAV. 11.03.1904). La publicidad de la casa decía: «La Montañesa. Fábrica de gaseosas de Luis Almagro. Alcázar, 16 (Mercado Grande) Ávila. Gaseosas y cervezas de todas clases a precios económicos, elaboradas de puro azúcar, y agua de Seltz» (DAV, 7.04.1904).

Esta fábrica, que también era cervecería, fue lugar de reunión de la sociedad ‘El Gran Pensamiento’ que agrupaba a la colonia veraniega que animaba Ávila en fechas estivales, lo que reseñamos como dato curioso de la vida social de entonces:
«Anoche empezaron los preparativos para la becerrada que celebrará la sociedad ‘El Gran Pensamiento’ en el próximo mes agosto.

Reunidos la mayor parte de los jóvenes de Ávila y de la colonia veraniega, se acordó celebrar hoy a las doce de la mañana otra nueva reunión en la cervecería ‘La Montañesa’ (Plaza del Alcázar). Excusamos decir que dada la gran animación que siempre tuvieron estas becerras, será la de este verano tan brillante como las anteriores, pues ya son muchas las señoritas que se han brindado a confeccionar las moñas y banderillas» (DAV, 23.07.1904).

Un nuevo sistema de consumo de gaseosa, que hacía la competencia a la tradicional venta en botellas sifón que debían devolverse a la fábrica para su lavado y relleno, fue aparición del llamdao «Sifón Prana Sparlet», el cual era un tipo de sifón doméstico que utilizaba cápsulas de gas para la carbonatación y que se popularizó por su sistema de carga rápida, especialmente en establecimientos como hoteles y restaurantes.

En realidad, este tipo de sifones hacían la competencia a los fabricantes de gaseosas y de bebidas carbonizadas, y su comercialización en Ávila se llevaba a cabo por el establecimiento “Hijo de Aguirre” situado en la plaza de la Constitución (Mercado Chico) nº 15, y también por D. Francisco Vicent en la calle Tomás Pérez, 2 o Barruecos. (DAV,14.08.1913)».

La ferretería de “Hijo de Aguirre” también anunciaba el nuevo sistema de esta modalida indicando que «con el Bilz Sifón podeis fabricar vosotros mismos vuestrs bebidas efervescentes, como sifón, gaseosa, leche, vino, jarbes, etc. etc. espumosas y tenies la seguridad de ingerir un bebida higiénica» (DAV, 22.04.1916).

La aparición de nuevos sistemas de ventas y distribución de bebidas gaseosas propicio la fundación de nuevas fábricas en Ávila, un negocio que se extendió a todos los rincones de España, si bien la mayoría tuvieron una corta vida. Así, el 30 de noviembre 1923, en el número 5 de la plaza de Castelar (actualmente Plaza de Italia), el convecino Abundio Rica Gutiérrez abrió la fábrica de gaseosas «La Amistad», luego convertida en fábrica de cervezas (DAV, 30.11.1923).

Posteriormente, el 12 de noviembre de 1931 se anuncia el traslado de la fábrica a la C/ Valladolid, números 7 y 9, donde se había montado con arreglo a los modernos adelantos (DAV, 3.12.1931).

Al mismo tiempo, en la calle Rodríguez Larreta nº 4, el 16 de abril de 1924, D Julio González abrió «La Higiénica», nombre de una nueva fábrica de gaseosa y botillería. «Está decorada excelentemente con los refinamientos del confrort moderno el local destinado para el servicio público.

Precede a la fábrica que que ha sidomontada con todos los adelantos: Una magnífica bomba aspirante eleva hasta el depósito en el piso alto instalado el líquido que desciende después de pasar por un gran filtro al depósito inmediato a la máquina, de acreditadísima marca y admirable mencanismo.

Distribuidos están el dosificdor de la jarabes y el filtro de estos, una máquina de lavar botellas con su surtidor y en inmensas estanterías millares de botells con selltz y bebida gaseosas pregonan la importancia de la nueva industria. Especialidad de ella es el limón champang espumoso exquisito producto que no tardará en conquistar ventajosamente los mercados no solo de Ávila y su provincia sino de España»(DAV, 32.04.1924).

A pesar del existoso estreno de «La Higiénica», cuatro años después se anuncia su traspaso junto o separado con el Bar Bieri, establecimiento de vinos y comidas del mismo dueño (DAV, 12.11.1928)

Una nueva fábrica de gaseosas regentada por D. Mariano Sánchez abrió sus puertas en la Avda. de la República nº 3, avenidad denominada también del 14 de abril, y antes de la Estación, según la licencia municipal concedida el 14 de abril de 1932 (AHMAv.expte. 2-185-1932).

Desaparecidas las últimas fábricas de gaseosas reseñadas, a mediados del siglo XX solo destacaba en Ávila «La Madrileña», de Pedro Perdiguero, sucesor de Santo Domingo. No obstante, en estas fechas figuraban censadas hasta cinco fábricas que ocupaban a seis obreros (Ávila, IEAL, 1951), y poco después, Marianela (Carmen) Guerras Gallego, hija del catedrático del instituto Juan Guerras, abrió en la plaza de San Vicente (Cerro de la Mula) la que llamó «La Brasileira», que gracias a los concursos radiofónicos, pronto alcanzó gran popularidad, siendo este una muestra de su poder de convocatoria:

«Gaseosa “La Brasileira”. Tiene el gusto de invitar a sintonizar Radio Ávila, todos los lunes a las once menos cuarto de la noche, para escuchar “La Ronda”. Con la Tuna invisible de la Emisora y animada por Félix Hernández a través de ‘Publicidad Almanzor’.

Más de 6.500 pesetas en premios a través de los más originales concursos: “Jaque a la botella” [sobre acierto de posición de la botella ‘La Brasileira’ en cuadrículas ciegas]. “Guionista La Brasileira” [sobre la calidad, botella o tapón de gaseosa ‘La Brasileira’]. “Pruebe Ud. su voz. Ud. puede ser locutor”» (DAV, 25.01.1955).

Fruto de la campaña publicitaria fue entonces el siguiente anuncio: «Gaseosa ‘La Brasileira’ ha progresado tanto que se ha situado firmemente a la cabeza entre las de su clase. En su mesa no debe faltar nunca esta deliciosa bebida» (DAV, 16.03.1957). Por ello, no es de extrañar la pomposa inauguración de sus nuevas instalaciones en la calle Ramón y Cajal, en marzo de 1957:

«La fábrica de gaseosas ‘La Brasileira’ inauguró ayer sus nuevas instalaciones y locales. En ellos, después de bendecidos, fue entronizada la imagen del Sagrado Corazón de Jesús… Los invitados admiraron los nuevos y modernos aparatos que han sido instalados, deteniéndose especialmente ante las máquinas purificadoras de agua y llenadora, que, junto con el resto del montaje merecieron los más elogiosos comentarios» (18.03.1957).

A mayores, la industria de Carmen Guerras estrena una nueva campaña publicitaria con el siguiente reclamo: «La Dirección de la Fábrica de Gaseosas “La Braileira” tiene el gusto de participar a sus numerosísimos clientes y al público en general, que las nuevas instalaciones de esta fábrica cuentan con modernísimos filtros purificadores y declorizadores, con lo cual aseguramos la obtención de un agua totalmente clara y neutra por completo, eliminando el cloro y haciendo desaparecer cualquier sabor u olor que esto pueda representar» (DAV, 30.03.1957).

A partir de 1959, «La Brasileira» languideció y no tardó en cerrar, si bien se mantuvo en el mismo local de la calle Ramón y Cajal nº 10 la representación de la gaseosa «La Pitusa» con el siguiente reclamo publicitario: «Gaseosa selecta ‘La Pitusa’.

En Ávila no podía faltar la bebida de calidad, para personas de buen gusto. Una marca famosísima ya en toda España, que hará a sus clientes un reglo mensual de una preciosa muñeca o balón de futbol y otro el 30 de septiembre [de 1959] de más de un millón de pesetas en vespas, máquinas de coser, vajillas de loza fina, etc. etc. Atnción abulenses a esta Gaseosa La Pitusa de las fábrics de Madrid y Valladolid» (DAV, 16.05.1959).

También la marca «La Casera» se anuncia así: «Gaseosa ‘La Casera’ al servicio de Ávila y su provincia. La bebida para la mesa familiar. Valiosos premios en billetes del Banco de España. En casa. En el Bar. En viajes y Excursiones. En todas partes… la presencia amiga y simpática de “La Casera”. Concesionario en Ávila: D. Ricardo González. Calle Larreta, número 1» (DAV, 30/04/1960).

Un año después, el 5 de octubre de 1961, el Ayuntamiento autoriza a la Sociedad Carbónica de Segovia, S. A. la apertura de un local para depósito de gaseosas “La Casera”, en la Avda. de Portugal, 20».

En su publicidad, «La Casera» anuncia como obsequio a sus consumidores de medio millón de pesetas en un concurso para el bstaba con rellenar una tarjeta de participación que entrega el proveedor (DAV, 16.04.1962).

Desde entonces, «La Casera» sigue siendo hoy día la marca de gaseosas por excelencia.
Todavía en 1965, una nueva fábrica se instala por don Antolín García de Juan, industrial domiciliado en Crespos, en la planta baja del número 5 de la calle San Pedro Bautista, según la licencia concedida al efecto.

Finalmente, el 24 de junio de 1967, el Ayuntameinto autoriza a Don Agustín Hurtado Jiménez la instalación de la fábrica de gasosas «La Revoltosa» en la calle Ajates,1, a nombre de I.R.A.S.A. (Industrias refrescantes abulenses S.A.), sociedad en la que participa la familia Perdiguero, siendo este uno de sus anuncios: «La Revoltosa».

La Gaseosa Joven en sus tres sabores celebraba un sorteo cada semana, en su emisión Ritmo Joven, en la Emisora Radio Madrid, con premios de 1.000 discos y 10 magníficos Tocadiscos. Para participar en el sorteo bastaba con mandar 15 notas “Revoltosa”, al Apdo de Correos 50.720 de Madrid» (DAV, 24.02.1967).

Por otra parte, también son reseñables las fábricas de gaseosas que funcionaron en diversos pueblos de la provincia bajo las marcas “Perdiguero”, en Mingorría; “Pedro Hoyos Guzman”, en Candeleda; “Azuclari”, en El Tiemblo; “La Serrana”, “Amelia García” y “Benjamín”, en Arenas de San Pedro; “Pardillo”, en Barco de Ávila; y “Cinco Navas”, en Navalmoral. También hubo fábricas en Crespos.

La crisis de las fábricas de gaseosa llegó cuando se hizo la transición al envase no retornable, la industria sufrió un gran declive y empezaron a despararecer estos pequeños negocios.