16 de noviembre de 2025

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De Crónicas

PUEBLOS MÁGICOS DE LA RIBERA DEL ADAJA EN EL ENTORNO DE ÁVILA (I). PAISAJE Y GEOGRAFÍA HISTÓRICA 1845

PUEBLOS MÁGICOS DE LA RIBERA DEL ADAJA EN EL ENTORNO DE ÁVILA (I). PAISAJE Y GEOGRAFÍA HISTÓRICA 1845
PUEBLOS MÁGICOS DE LA RIBERA DEL ADAJA EN EL ENTORNO DE ÁVILA (I). PAISAJE Y GEOGRAFÍA HISTÓRICA 1845
Jesús Mª Sanchidrián Gallego
  • 19 de Octubre de 2025

Situándonos en los pueblos de la cuenca del río Adaja, en las inmediaciones de la ciudad de Ávila, recogemos en esta serie de artículos aspectos históricos, geográficos, y paisajísticos con una mera intención divulgativa que contribuya a redescubrir aspectos de su identidad cultural, como ya hemos apuntado en otra ocasión (Rutas mágicas, 2001).

PAISAJE DEL ADAJA.

El paisaje se abre sobrecogedor que presenta el río Adaja cuando abandona la ciudad de Ávila y traspasa la presa de Las Cogotas. En el recorrido pueden admirarse extraordinarios berrocales graníticos rodeados de encinas, y los pinares que se multiplican al avistar la tierra más llana, así como los numerosos molinos que se asoman desde las márgenes del río.

El río discurre por los términos municipales de Ávila, Cardeñosa, Mingorría, Zorita de los Molinos, Pozanco, Peñalba de Ávila, Vega de Santa María y Blascosancho. En un primer tramo ribereño, se observan antiguos asentamientos molineros en ambas márgenes pertenecientes a los términos de Ávila y Cardeñosa y Mingorría, y luego de Zorita de los Molinos y Pozanco. Al norte de la capital abulense, donde el río Adaja encamina sus aguas después de abandonar el recinto amurallado y donde el paisaje de los encinares y las rocas graníticas se vuelve verde gris, se nos antoja un viaje mágico por las entrañas de una tierra que quiere ser redescubierta. Sin alejarnos más de cuatro leguas de la ciudad de Ávila, se dibuja un espacio geográfico que tendrá su referente en la ribera del Adaja, en una extensión que llega por el norte hasta donde el terreno se hace llano en la Moraña cerealista.

El paisaje que caracteriza la zona natural se identifica en una mitad por una masa arbórea importante de encinas que bordea el río Adaja, en contraste con la otra mitad, donde predominan los cultivos cerealistas. El paisaje agreste del encinar se ve apaciguado en la llanura donde crece la cebada y el trigo, también por enclaves de pinares y por multitud de arroyos donde se yerguen altos chopos en galería. Los caseríos que se agolpan en los distintos pueblos salpicados por iglesias y ermitas ofrecen una sugestiva imagen de historias y tradiciones.

El río Adaja, después de dejar Ávila, inicia un singular y sinuoso trazado que propició a partir del siglo XIII la aparición de multitud de molinos harineros, característicos de una incipiente actividad industrial de transformación de los productos cerealistas. A las orillas se encarama un mar de encinas con atalayas de berrocales graníticos. El río de Ávila pasa por la ciudad ennoblecido y señorial, y aguas abajo se convierte en un caballero con armadura dispuesto a guerrear con un terreno inhóspito y accidentado.

El río llega hasta la presa de las Cogotas después de unos 35 kilómetros, distancia que le separa del lugar de su nacimiento en el puerto de Villatoro. Antes también ha pasado por el valle Amblés y la capital abulense. En Ávila, las aguas del Adaja sirvieron para mover las ruedas de la Real Fábrica del Algodón, construida en 1788 sobre el lugar que ocupaba un molino harinero que llamaban del «Puente de Adaja». Otros molinos harineros existentes entonces en esta misma zona del río eran los llamados de la Losa, el Batán, Carril, Cubo, Verdeja y Pedrosillo, además del molino Contón, propiedad del capellán de Mingorría en 1751.

En la actualidad, a excepción del molino de la Losa, que ha sido rehabilitado y funciona como restaurante, apenas quedan restos de aquellos otros, pues fueron sepultados por las aguas del embalse de Fuentes Claras y la propia presa. La visión de la llegada del río desde la ciudad trae las viejas glorias de su paso por el puente romano, junto a la iglesia de San Segundo y lamiendo el entorno de sus murallas El Adaja es el río de la capital abulense y es el río de los primeros pobladores de estas tierras. También es el río de los pueblos que atraviesa, surgidos todos ellos en tiempos de la repoblación cristiana del siglo XI.

Desde la presa de las Cogotas, o desde el mirador construido a un lado, de espaldas a la masa de agua embalsada, podemos contemplar la selva de encinas y rocas graníticas por donde se abre paso al río. Desde los pies de la presa se ve su imponente muro. Al Este, se encuentra la dehesa de Yonte, cuyo punto más alto alcanza los 1.121 metros de altitud. Y al Oeste, el risco del castro de las Cogotas, con similar altura. Aguas abajo de la presa de las Cogotas, El río que vemos siguiendo el curso después de su amansamiento en los embalses que suceden a los puentes de la ciudad es un trozo con rocas y encinas en sus márgenes, es el agua con furia desatada en continuo movimiento al compás de molinos y batanes.

Siguiendo aguas abajo, el cauce marca la línea divisoria de los términos de Ávila, Cardeñosa y Mingorría, el río de Ávila se ve salpicado por berrocales de piedra granítica que el agua va sorteando en forma de auténticos rápidos, y su curso discurre por profundos barrancos, a cuyas orillas aparecen importantes escarpes rocosos. El río ha recobrado la fiereza y bravura propia de los caballeros de Ávila y continúa su curso, lo que hace serpenteando un terreno agreste y rocoso, descendiendo bruscamente, discurriendo por hondonadas entre encinares y abriéndose mansamente entre pinares a la llanura morañega. El río se embravece en un trazado accidentado por la mano del hombre que construyó pesqueras, canales, caceras y balsas para servir a los molinos hidráulicos que se asoman tímidamente desde la ribera.

En las márgenes se ven restos de unos antiguos molinos viejas construcciones de los llamados «Revuelta», «Revoltillo» y «Galleguete», que ha hecho presa de tanto caudal. Aquí, el río empieza a encajonarse para poder pasar por los llamados Callejones de Chascarra, unos enormes paredones graníticos que cortan el terreno rocoso poblado de encinas. Desde aquí, los pobladores medievales construyeron la pesquera o azud del molino «Trevejo». En ambas márgenes predominan los montes de encinas de la dehesa de Cabreras en el lado izquierdo, y de las dehesas de La Malita y El Ciego en el lado derecho.

En otros tiempos, antes de las desamortizaciones de finales del siglo XIX, el Ayuntamiento de Mingorría poseía trescientas hectáreas de monte de encinas, del que disfrutaban comunalmente los vecinos de la localidad. Pasados los Callejones de Chascarra, desde el encuentro con el arroyo del Monte, donde quedan restos del molino «El Cubo de Mariscano» y siguiendo el mismo curso del río los molinos cuyos vestigios se conservan en la zona son: «Trevejo», «Las Monjas», «Pajuela», «El Nuevo» o de «Joselito», «El Cubo», «El Grillo» o de «Ruleta» o de «Cañete». Enfrente, al otro lado del río, en la dehesa de Cabreras, están las ruinas del «Barbas de Oro» y «Castillo»; volviendo a la margen de Mingorría está el de «Las Juntas» y las ruinas del «Negrillo». Cerca de estos últimos están los charcos del Redondillo y el Arenal.

El río prosigue su curso retorciéndose en giros de noventa grados hasta llegar al molino de «Ituero» o del «Tío Deogracias», o de «Teresitas», o de «Miaja», donde le sale al encuentro el arroyo de «La Reguera» con «El Colerón». Las rocas y peñascos del paraje de «Los Colmenares» se apoderan del paisaje y encajonan el río, destacando aquí el escarpe rocoso de «Peña Águila», desde el cual antaño se lanzaban los perros que se sacrificaban. Esta zona se vio transformada con la construcción de un azud desde donde se canalizará el agua de la presa de «Las Cogotas».

Al otro lado del río, donde el encinar de la dehesa de «Cabreras» cubre la ladera montañosa que se adentra en Zorita, se hallan las ruinas de dos batanes y de un tercero nombrado «El Caleño» o «El Francés», el cual conservaba las paredes hasta su demolición al construirse el azud de regadío de La Moraña en este mismo paraje, configurando un interesante embalse. Siguen el molino «Nuevo» o de «Los Policas» y el de «Hernán Pérez», cuya agua era aprovechada por el «Molinillo». Todos ellos están unidos por una galería de alisos, chopos y fresnos que dejan paso al ensanche del río en el charco de «Jumentrún».

Llegados al puente que comunica Mingorría con Zorita, y a partir de aquí, las aguas se vuelven mansas y tranquilas, después que en otros tiempos su fuerza provocara la caída y ruina de otros puentes anteriores, como ocurrió en 1912 cuando, además, el agua arrastró la pesquera del molino de «El Francés». Continuando aguas abajo el curso del río, y pasado el puente Nuevo, al que suceden restos de otros, existe una zona de baño frente a una pared arcillosa conocida como «Suellanarices», lugar apropiado donde se había proyectado una playa fluvial. Al otro lado nos encontramos con los restos de una vieja planta de extracción de áridos, lugar donde se han encontrado restos de un yacimiento de la edad del bronce medio. Desde el puente caído que se halla junto al arenero, el paisaje se llena de pinos piñoneros y negrales, destacando también la abundancia de fresnos y chopos en torno a las ruinas del molino del «Cubo», donde se encuentra en frente el soto del «Chorrito».

El paisaje de pinos se mezcla después con la galería de chopos que crecen en la desembocadura del arroyo Regajal, frente al paraje de «Las Bragas» donde estaba el molino «Piar». El pinar se prolonga siguiendo al río a su paso por la dehesa de Olalla, en cuya margen izquierda se levanta el molino del «Vego». Enfrente se hallan los molinos de Pozanco que explotaban «Los Polilos», afamados molineros y dulzaineros. El primero de estos molinos es el «Cubo» o «Cubillo» o «de Castellanos».

Los molinos que siguen se llaman «Viejo» y «Canonjía», en los cuales habitó el folclorista Agapito Marazuela, virtuoso guitarrista y dulzainero. Después de los últimos molinos citados, el río llega al límite del término de Zorita y Mingorría por su margen izquierda entre pinos, chopos y fresnos, y el paisaje llano se abre a los campos cerealistas de la Moraña, después de pasar por los pinares de la dehesa de Navares, perteneciente al término de Peñalba de Ávila por reparto del despoblado de Garoza con el vecino Gotarrendura, donde quedan restos del antiguo molino del «Prior».

Finalmente, a los molinos de la ribera del Adaja, sumamos la cercana del río Voltoya en los términos de Velayos, Las Gordillas (Maello), Aldealgordo (Tolbaños) y Los Gamusinos (Tolbaños). GEOGRAFÍA HISTÓRICA. Seguimos en este itinerario por los pueblos de la cuenca del Adaja, situados en las inmediaciones de la ciudad de Ávila, el relato del Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar, 1845-1850, una impresionante obra publicada en dieciséis volúmenes por Pascual Madoz e Ibáñez, quien fue ministro de Hacienda y presidente de la Junta Revolucionaria tras la caída de Isabel II. Del tomo III, dedicado a la provincia de Ávila, recogemos interesantes datos de nuestros pueblos, referidos a vías de comunicación, ríos y arroyos, producción agrícola e industrial, población y vivienda, educación primaria, economía, riqueza imponible, contribución y presupuesto, y algunos datos histórico-artísticos, los que transcribimos con un simple ánimo divulgativo.

Las transformaciones más importantes que se produjeron en esta época afectaron a la industria textil de Mingorría, Santo Domingo de las Posadas y Velayos. Pueblos que figuraban durante el siglo XVIII entre los principales centros textiles abulenses, mientras que Cardeñosa tenía en el Adaja tres batanes y en Aldealgordo (Tolbaños) tenían lugar grandes esquileos. La economía rural de los pueblos de la zona seguía siendo eminentemente agrícola, manteniéndose actividades textiles en Velayos, arrieros en Santo Domingo de las Posadas, molineros en Cardeñosa, Zorita y Mingorría, y panaderos en este último, aunque tristemente los hornos hace unos años dejaron de cocer.

Hoy, la población ha disminuido drásticamente, manteniéndose las actividades agrícolas y ganaderas mecanizadas que se realizan de una forma muy distinta. Por lo demás, el caserío y el entramado de calles mantiene su fisonomía original ligeramente transformada.

Edificios, iglesias, ermitas, calles, fuentes, ganados y cultivos que todavía se mantienen en los pueblos de la zona. Entonces, como una curiosidad llena de contrastes con la actualidad, transcribimos la descripción que hace Madoz de nuestros pueblos en este curioso viaje que iniciamos.

CARDEÑOSA.

«Situado en un ramal de la sierra de Ávila y entre cuestas o cerros. El caserío está formado por los edificios de la villa, los molinos, las casas-colmenares, las casetas-encerraderos de ganado y casas de las dehesas de Ajates y Pedrocojo.

En total tiene 204 casas, de las cuales sólo dos, la del cura y la llama da de los frailes, son de habitación alta; las demás de cuatro varas de altura y en lo general de mala distribución interior, teniendo pozos una tercera par- te de ellas, se hallan en dos calles y dos barrios. Hay casa de ayuntamiento, cárcel, una pequeña plaza en medio de la calle principal, escuela de instrucción primaria común a ambos sexos a cargo de un maestro, y una iglesia parroquial de la Santa Cruz servida por un párroco. En las afueras del pueblo se encuentran: el cementerio, dos ermitas, una del Santo Cristo entre peñascos que se dice haber sido en otro tiempo convento de los templarios, y la otra casi en frente de la anterior dedicada a la Madre de Dios; y cinco fuentes públicas con cañerías que son pozos con un arca de piedra encima de la una. El río Adaja está como a 1/4 leguas, su cauce es profundo y los pescados de que abunda son bermejuelas, cachos, barbos y alguna anguila; sus aguas dan impulso a seis molinos harineros y un batán; antes había dos batanes más.

El terreno es sumamente quebrado, flojo, pedregoso en su mayor parte, de secano y algo de regadío, ocupa 4.565 obradas, de las que 400 son monte de encinar. Produce trigo, cebada, centeno, algarrobas, garbanzos, algunas muelas, vino, poca fruta, hortaliza, leña y pastos; mantiene ganado lanar fino, vacuno, cabrío, mular, caballar y cerda; cría caza de perdices, conejos y liebres, y no faltan lobos, raposas y algunos reptiles. Tiene dos posadas, quince lagares y dos tiendas de géneros del país y dehesa boyal. Su población es de 816 almas».

PEÑALBA DE AVILA.

«Situado al pie de la Sierra de Ávila y al principio del valle titulado La Moraña. Tiene 48 casas de inferior construcción, casa de ayuntamiento, cárcel, escuela de primeras letras común a ambos sexos, caserío en la dehesa de Nabares y una iglesia parroquial de San Vicente Mártir; en las afueras se encuentra una ermita bajo la advocación del Santísimo Cristo de Santa Teresa. Existe una Obra Pía para pobres. El término comprende 450 fanegas de tierra. El río Adaja pasa por su confín este. Produce trigo, cebada, centeno, algarrobas, vino y pastos; mantiene ganado lanar fino y vacuno, y cría caza menor. La población es de 226 almas».

MONSALUPE.

«Situado en una especie de cerro y rodeado de otros varios bastante elevados. Tiene 36 casas inferiores, una plaza, casa ayuntamiento, escuela de instrucción primaria común a ambos sexos, a la que concurren de 16 a 18 alumnos que se hallan a cargo del sacristán que pagan los padres de los discípulos; y una iglesia parroquial de San Pedro Apóstol. En las afueras de la población se encuentra la ermita de Nuestra Señora del Buen Suceso; el cementerio; una pequeña ala- meda de álamos negros y chopos; y una fuente. Comprende un despoblado titulado la Rad; bastante matorral de encina, huertos que se riegan con agua de los arroyos Berlina y Torcal, prados y 2.174 obradas de tierra de cultivo. El terreno es de monte y llano flojo y en lo general de secano. Produce trigo, cebada, centeno, algarrobas, garbanzos, poca hortaliza, frutas, pastos y leña. Mantiene ganado lanar fino, cabrío, vacuno y de cerda; y cría caza de liebres, conejos, perdices, otras aves, lobos y zorras. La población es de 133 almas».

LAS BERLANAS.

«Situado en una planicie con algunas pequeñas cuestas. Tiene 129 casas, algunas con escudos, distribuidas en tres barrios separados entre sí, llamados Aldehuela, Burgo y Rivilla. Tiene casa ayuntamiento, cuyo edificio sirve de cárcel, pósito, escuela de primeras letras a la que asisten 36 niños, iglesia parroquial dedicada a la Asunción de Nuestra Señora con el título de Gandulce. Esta iglesia se halla bastante lejos de los barrios, por cuya razón se celebran algunos oficios parroquiales en las dos ermitas dedicadas a la Concepción y Nuestra Señora de las Angustias, que existen en la Aldehuela y el Burgo. Comprende 3,48 fanegas de tierra. Hay un tejar en la era vieja, le baña un arroyuelo de su mismo nombre y sus aguas hacen al pueblo un beneficio in- menso por sus riegos, en los deliciosos huertos y plantíos de frutales que abundan. El terreno es llano y de buena miga, pro- duce trigo, cebada, centeno, algarrobas, vino, patatas, mucha pera de donguindo, ciruelas, guindas y legumbres; se mantiene algún ganado lanar merino y el vacuno necesario para las labores. Tiene 268 almas».

GOTARRENDURA.

«Situado en un pequeño cerro. Tiene 46 casas, incluida la de ayuntamiento, taberna, fragua, una fuente de buenas aguas y una iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, aneja de la de Berlinas. En las afueras de la población se encuentra una ermita y el camposanto. Comprende 1.828 fanegas de tierra, le atraviesa el río Berlina y el río Adaja le confina por el este. El terreno es de mediana calidad y produce trigo, cebada, centeno, algarrobas, gar- banzos, algo de vino y frutas; mantiene ganado lanar, vacuno, mular y asnal, y cría alguna caza.

La población es de 170 almas».

MINGORRIA.

«Situado en la falda de un pequeño cerro. Tiene 275 casas de mediana e inferior construcción, distribuidas en varias calles y una plaza, también hay una casa fragua en la Lancha, una caseta del ferrocarril en Mari Pedro y otra en los pradejones, y casas de labor en la Ve- guilla. Hay casa del curato de dos plantas, y casa de ayuntamiento, cárcel, escuela de instrucción primaria común a ambos sexos a la que concurren unos cien alumnos que se hallan a cargo de un maestro, una fuente de buenas aguas y una iglesia parroquial de San Pedro Apóstol con cura y capellán que tiene un anejo en Los Patos. Existe una Obra Pía de patronato de legos. En las afueras de la población se encuentran dos ermitas: Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Señora del Rosario; una mina de cobre descubierta en el año 1844 y el cementerio.

El término comprende un monte de encina y algunos prados, le atraviesa el río titulado Adaja. Produce trigo, cebada, centeno, algarrobas, garbanzos y hortalizas; abundan los panaderos y arrieros; mantiene ganado lanar, vacuno y de cerda, cría caza de liebres, conejos, perdices, otras aves y zorras, y pesca de barbos y anguilas. Tiene veinte molinos harineros y uno de chocolate. La población es de 971 almas».

ZORITA DE LOS MOLINOS.

«Situado en las inmediaciones del río Adaja (donde funcionan media docena de molinos que quedaron reseñados en Mingorría, del que es anejo), cerca de las sierras de Ávila. Tiene 19 casas de inferior construcción, y casa de campo en la dehesa de Olaya, y una iglesia parroquial de San Miguel, y en las afueras la ermita de la Santa Vera Cruz. Hay dos lagares, dos bodegas, una fragua, una taberna, paneras y corrales. Comprende 1.600 fanegas de tierra. Produce trigo, cebada, centeno, algarrobas, vino y pastos; mantiene ganado lanar; cría caza menor. La población es de 34 almas».

SANTO DOMINGO DE LAS POSADAS.

«Situado en la falda oeste de un pequeño cerro. Tiene 60 casas de inferior construcción, la de ayuntamiento que a la par sirve de cárcel; escuela de primeras letras, común a ambos sexos, a la que concurren 18 alumnos; una iglesia parroquial en honor de San Martín Obispo; el cementerio en paraje que no ofende a la salud pública; y tres fuentes en las afueras. Comprende un despoblado titulado los Yezgos. Produce trigo, cebada, centeno, algarrobas y garbanzos; mantiene ganado lanar, vacuno y asnal, y cría alguna caza menor. Además de la industria agrícola también des- taca la arriería. La población es de 239 almas».

POZANCO. «Situado en un pequeño cerro. Tiene 37 casas de inferior construcción, inclusa la del ayuntamiento; escuela de primeras letras común a ambos sexos, a la que concurren de 10 a 12 alumnos; una iglesia parroquial dedicada a San Juan Bautista; una ermita de la Santa Vera Cruz; dos fuentes tituladas Nueva y Vieja. Existe una Obra Pía para pobres. Comprende un hermoso prado y 1.200 fanegas de tierra; le atraviesa el río Adaja donde hay tres molinos harineros, cuyas ruedas reciben impulso con las aguas del Adaja uno, y los otros con las de dos grandes manantiales. Produce trigo, cebada, centeno, algarrobas y excelentes garbanzos; mantiene ganado lanar y vacuno, y cría caza de liebres, conejos y perdices. La población es de 74 almas».

SAN ESTEBAN DE LOS PATOS. «Situado cerca de las cordilleras de las sierras de Ávila, a poca distancia del río Adaja. Tiene 46 casas de inferior construcción, casa ayuntamiento, cárcel, escuela de primeras letras, común a ambos sexos, casas en la mina de Santa Águeda y en la dehesa de navarros, y una iglesia parroquial en honor de Santo Tomás Apóstol, aneja de la de Mingorría. Comprende 1.800 fanegas de tierra. Produce trigo, cebada, centeno, algarrobas, vino y pastos; mantiene ganado lanar y vacuno, y cría caza menor. La población es de 108 almas».

TOLBAÑOS.

«Forma ayuntamiento en unión con Escalonilla, y los actos religiosos se celebran en la Venta de San Vicente. Situado en una extensa llanura. Tiene de 50 casas, la del ayuntamiento, cárcel, escuela de primeras letras común a ambos sexos, dos fuentes y cementerio. Comprende el caserío titulado Aldea gordo del conde de Palentinos, que incluye un molino harinero, encerraderos, sudadero, comedor para los pastores, lavadero, y dos esquileos llamados rancho de arriba y rancho de abajo. Tiene un monte de encina bastante poblado; brotan en él varias fuentes, y le atraviesa el río Voltoya donde hay un molino harinero al sitio de «Entrerríos». Produce trigo, cebada, centeno, garbanzos y algarrobas; mantiene ganado lanar y vacuno, y cría caza de conejos y perdices. La población es de 202 almas».

SAORNIL DE VOLTOYA.

«Situado entre diferentes cerros. Tiene 14 casas inferiores inclusa la de ayuntamiento; una fuente y una iglesia parroquial dedicada a la Visitación de Nuestra Señora aneja de la de la Venta de San Vicente. Produce trigo, cebada y centeno; mantiene ganado lanar y vacuno, y cría alguna caza menor. Habitan 24 almas».

GALLEGOS, ALAMEDAS DE REQUENAS, CORTOS Y VENTA DE SAN VICENTE.

«Todos ellos forman unidos un único ayuntamiento. Situados en las inmediaciones del río Adaja y en terreno algún tanto elevado. Tienen todos los pueblos juntos 18 casas: la del ayuntamiento y una iglesia parroquial dedicada a San Vicente Mártir que tiene por anejo también Zadornil de Voltoya. La iglesia está situada en el centro de los pueblos que componen el ayuntamiento. Comprende 2.279 fanegas de tierra. Pasa por el centro del pueblo un arroyuelo que desagua en el referido Adaja. Produce cereales, algarrobas y hortalizas; mantiene ganado lanar y vacuno, y cría alguna caza». ESCALONILLA. Depende del ayuntamiento de Tol baños y la iglesia de la Venta de San Vicente. Situado en llano. Tiene de 14 a 16 casas bajas, pequeñas y de mala distribución interior, una calle sin empedrar, y una fuente. Se compone de 745 obradas. El terreno es de monte y llano, flojo, pedregoso y de secano. Su producción y población se incluye con Tol baños.

VEGA DE SANTA MARIA.

Situado en un pequeño cerro. Tiene 87 casas de inferior construcción, la de ayuntamiento, cárcel, escuela de primeras letras común a ambos sexos, un palacio arruinado, una fuente de buenas aguas y una iglesia de Nuestra Señora de la Asunción; hay una ermita en la plaza dedicada a Nuestra Señora de las Cruces. Existe una Obra Pía de estudiantes. El río Adaja confina por el oeste, y comprende un despoblado tutu- lado Zadornil de Adaja, y dos lagunas al Norte que recogen las aguas que bajan de los cerros. Produce trigo, cebada, centeno, algarrobas y algunos garbanzos; mantiene ganado lanar fino, y el vacuno necesario para la labor; y cría caza menor. La población es de 246 almas».

VELAYOS.

»Situado en terreno llano. Tiene 200 casas de mediana construcción, distribuidas en varias calles y una plaza; casa de ayuntamiento con cárcel; pósito, escuela de primeras letras común a ambos sexos; una fuente muy buena con dos caños construida en tiempos de Carlos IV, y una bonita iglesia parroquial dedicada a San Isidro Labrador; y una ermita en honor de Nuestra Señora de las Angustias situada en las afueras del pueblo con cementerio. Produce trigo, cebada, centeno, algarrobas y garbanzos; mantiene ganado lanar merino y el vacuno necesario para la labor, y cría caza de liebres y perdices. Le baña el río Voltoya donde se encuentra el molino Nuevo. Se fabrican estameñas bastas, en cuya operación se emplean más de 60 hombres y 20 mujeres; hay ocho telares de lienzo; dos tenerías para curtidos; y arriería.El comercio está reducido a cuatro tiendas pequeñas de bayetas, pañuelos y otros géneros; se celebra mercado los sábados de cada semana, el que se ve mediana- mente concurrido. La población es de 895 almas».

BLASCOSANCHO. Situado en terreno bastante llano. Tiene 70 casas de mediana construcción y con las comodidades necesarias al género de sus habitantes; un palacio del conde de Servellón y duque de Montellano en buen estado; una plaza que forma un cuadrilongo; escuela de instrucción primaria, común a ambos sexos; una ermita en honor de San Roque, destinada hoy a camposanto, y una iglesia parroquial dedicada a San Boal Mártir.

A las afueras hay una hermosa fuente y una laguna llamada de la Fuente que sirve para los ganados. Abraza 3.100 fanegas de tierra cultivable y 50 incultas, y tiene un pinar de propios. Le traviesa el arroyo del Valle que tiene su origen en las Gordillas, y pasan las calzadas de Salamanca a Madrid y de Toledo a Valladolid. Produce trigo, cebada, algarrobas, centeno, garbanzos y legumbres; cría ganado lanar y vacuno; hay caza de liebres y algún lobo. Tiene 288 almas».