04 de junio de 2025

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De Crónicas

ENCUENTROS EN ÁVILA CON LA CANTAORA CARMEN LINARES (II). JOVEN PROFESIONAL DEL CANTE JONDO

ENCUENTROS EN ÁVILA CON LA CANTAORA CARMEN LINARES (II).  JOVEN  PROFESIONAL DEL CANTE JONDO
ENCUENTROS EN ÁVILA CON LA CANTAORA CARMEN LINARES (II).  JOVEN  PROFESIONAL DEL CANTE JONDO
Jesús Mª Sanchidrián Gallego
  • 25 de Mayo de 2025

En esta segunda entrega sobre la rica trayectoria musical de la cantaora Mari Carmen Pacheco Rodríguez, antes de que adoptara el nombre artístico de Carmen Linares, de quien nos ocupamos con motivo de la reivindicación de su figura como hija adoptiva de la ciudad promovida por su Ayuntamiento, nos detenemos en sus aplaudidas actuaciones en Ávila como testimonio de su arte y de una carrera plagada de condecoraciones y reconocimientos, incluido Premio Princesa de Asturias de las Artes.

FESTIVALES.

Continuando con el relato de cuanto dijimos entonces, añadimos que el año 1968 se inauguró con el tradicional Festival de Reyes, organizado por Cáritas, una vez más, en el Hospital Provincial. Actuaron entonces Seve y su guitarra, quien presentó canciones mejicanas; el Profesor Contreras, mago ilusionista; José Luis Alfayate, que hizo las delicias del público con sus humoradas; José María Hernández, que recitó tres composiciones; y Mari Carmen Pacheco, «extraordinaria canzonetista acompañada a la guitarra por Antonio Pacheco, que demostró su mayor virtuosismo y dominio del instrumento. Este formidable plantel que llevó el gozo y la sonrisa a todos los enfermos que lo presenciaron y aplaudieron que llevado a lo largo de su actuación por el Presentador-animador Julio Gómez Alcalde, quien puso a contribución todo su inagotable ingenio y vis cómica» (DAV, 8.01.1968).

Un éxito especial supuso la actuación de Mari Carmen Pacheco en la conmemoración del LXX aniversario del nacimiento de Federico García Lorca, la cual tuvo lugar en la Casa de la Cultura, organizado por el grupo de Teatro de Cámara «La Farsa», de la Institución Gran Duque de Alba de la Diputación Provincial. La figura del poeta fue glosada entonces por el profesor, y también poeta, Jacinto Herrero Esteban, quien destacó «la belleza cautivadora de lírica inspirada por la “musa”, por el “duende” y por el sentido musical y colorista del poeta; señaló asimismo la atracción que el severo ambiente de Ávila ejerció siempre sobre el alma del autor granadino, desde su primer viaje cuya impresión dejo publicada, y su admiración por la “sublime Teresa” y por San Juan de la Cruz, cuya influencia confiesa el proceso de depuración y esencialización de su poesía que de andaluza y formalista se va convirtiendo en fundamental y castellana».

A continuación hubo un recital de varios poemas publicados en Poemas del Cante Jondo, Libro de Poemas, Romancero Gitano, Diván del Tamarit y Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. A continuación, Mari Carmen Pacheco «cantó con hermosa voz y magnífico estilo varias de las más conocidas canciones populares recogidas por el poeta»: Los cuatro muleros, Anda jaleo, El café de Chinitas, y Zorongo gitano, acompañada a la guitarra en esta ocasión por Enriquetina Sáez. Seguidamente, se representaron algunos actos de los Títeres de Cachiporra, La zapatera prodigiosa y Bodas de sangre, a cargo de los actores aficionados José Luis Alfayate (Josele) y Fidel Sáez (Fidelín) y otros, bajo la dirección de José María Hernández de la Torre. (DAV, 4 y 7.06.1968). Tiempo después, Carmen Linares canto en “Yerma” en el Teatro Español (1985) y grabó el álbum “Canciones Populares de Lorca” (Auvidis, 1994), y treinta y dos años más tarde, en el verano cultural de 2001 en la plaza de Fuente El Sol de Ávila, volvió a rendir homenaje al poeta granadino de Fuente Vaqueros en el concierto «Sueño de una noche abulense», interpretando de nuevo aquellas emotivas canciones, igual que ha hecho en numerosas actuaciones (DAV, 11.08.2001). Y es que «Lorca siempre ha estado con nosotros, muy vivo y muy presente», dice.

Coincidiendo con el fin del curso escolar 1967/1968, el Colegio de Médicos de Ávila celebra el día 27 de junio el «XVIII Día del médico» y la festividad de su patrona, Nuestra Señora la Virgen del Perpetuo Socorro, bajo la presidencia del jefe provincial de los Servicios Sanitarios de la Seguridad Social, don Bruno Fernández Mellado. Con tal motivo, tiene lugar un festival en los salones del Colegio menor «Arturo Duperier», en la Ciudad Deportiva, en el que participan, bajo la dirección de Julio Gómez Alcalde, «el habilidoso e ilusionista Profesor Contreras; los graciosos humoristas Josele y Fidelín, destacando como “plato fuerte” del programa la admirable actuación de la joven, pero magnífica cantante –más bien “cantaora”- Mari Carmen Pacheco, quien acompañada magistralmente a la guitarra por su padre, Antonio Pacheco, ofreció una buena muestra de su depurado arte y buen estilo en la interpretación de la canción flamenca» (DAV, 28.06.1968).

Años más tarde, y siendo ya una profesional, Mari Carmen Pacheco, o mejor Carmen Linares, participa en Ávila en la festividad de San Juan de la Cruz en un espectáculo de arte español para los jubilados del Centro de Recreo de la Caja General de Ahorros en el escenario del cine Reyes Católicos. También actuaron ese día Merche Esmeralda, Cándido Román, «El Chaquetón» y Luis «El Habichula», y amenizado por el humor de los hermanos Josele (DAV, 15.12.1976). Igualmente, Carmen Linares participó en el fin de fiesta de la “Marcha del Valle Amblés” a favor de PRONISA, donde se cubrían los treinta kilómetros que separan Ávila y Muñana. A última hora de la tarde, hubo en Muñana un animado fin de fiesta, en el que intervino la cantaora y el guitarrista Pepe “El Habichuela”, Micky y su conjunto, el Profesor ilusionista Contreras, y el grupo de música folk “Hekaton” (DAV, 12.05.1980).

Mediado el año 1968, la carrera de Mari Carmen Pacheco entra en una fase de madurez y consolidación en el arte flamenco en la que consigue importantes premios. La familia se traslada a Madrid y ella, que había terminado el bachillerato, inicia estudios de mecanografía y secretariado que luego abandona para dedicarse al cante, animada y apoyada por su padre y su novio Miguel Espín. Entones, se saca el carnet de artista, previo un examen, y se integra en el ambiente de las peñas (Charlot) y  los tablaos madrileños (Torres Bermejas, Chinitas, Zambra, Corral de la Morería, etc.). Y a pesar de estar dedicada al cante profesional desde 1971, de haber madurado en peñas y tertulias flamencas, grabado un disco, hecho giras internaciones y codearse con los grandes del cante, Carmen Linares, nunca olvidará sus raíces, ni  tampoco Ávila, ciudad a la vuelve en repetidas actuaciones de la mano de la Peña «Antonio Chacón».

PREMIOS DE CANTE “JONDO”. Los premios en concursos de cante “jondo” son el acicate y puerta de entrada en la historia del flamenco para Mari Carmen Pacheco, los cuales  no tardan en llegar cuando tiene 17 años y es considerada como una cantaora abulense. En esta época, El Diario de Ávila anuncia: «Mari-Carmen Pacheco a un concurso andaluz de cante flamenco. El próximo sábado, día 24 [de agosto] se celebrará en Cabra (Córdoba) el tradicional concurso de cante flamenco, organizado por la emisora sindical “La Voz de Cabra”, en el que han de participar los mejores “cantaores” del momento. De Ávila, porque en Ávila se ha hecho y en Ávila existen peñas donde se sabe de cante flamenco de verdad, va a participar en este certamen la gentil Mari Carmen Pacheco, que tantos éxitos ha cosechado ya en emisoras madrileñas y en “Radio Gredos”, de nuestra capital. La acompañará su padre, excepcional guitarrista y aficionado ciento por ciento» (DAV, 21.08.1968). Dado lo ilustrativo de la crónica de El Diario de Ávila sobre dichos premios, transcribimos la misma para orgullo abulense, sentimiento que ya trascendió entonces en la ciudad:

«Ni la nieve, ni los bajo cero han podido enfriar "el ambiente flamenco" abulense. Porque aquí, en Ávila, se sabe de flamenco, se entiende del cante grande, se siente, qué es lo difícil. Y hasta hay una "peña" de la que forman un buen puñado de excelentes aficionados.

 El tema, pues, ha de ser oportuno. El hablar de flamenco, de una de sus intérpretes formidables, que además, aunque andaluza, en Ávila ha crecido y en Ávila ha templado su voz excepcional, resultará interesante para no pocos. Viene a cuento todo esto de la mano del éxito que en la cordobesa Cabra y en Torreperojil, en Jaén, acaba de obtener esa "cantaora" abulense que se llama Mari-Carmen Pacheco, de cuyos comienzos en Radio Gredos y de cuyos triunfos en diversas emisoras del país, ya nos hemos ocupado en otras ocasiones.

Mari Carmen acaba de regresar de Andalucía. Primero fue en Cabra, en el IV Certamen Flamenco "Cayetano Muriel" [cantaor conocido como “El Niño de Cabra”], donde obtuvo el tercer premio, y más tarde Torreperojil, en cuyo concurso se alzó con el triunfo absoluto del primer premio.

-Estoy muy contenta. Han sido amables y simpáticos conmigo. Se han portado maravillosamente.

El padre de Mari Carmen Pacheco, el gran Antonio, estupendo guitarrista aficionado e inseparable acompañante de su hija, nos amplía detalles sobre "la gira": -Realmente ha sido maravilloso. Muy serios los concursos, excelentemente organizados, formidables cuantos actuaron. Y no digamos de los detalles que con nosotros, como abulenses, tuvo el empresario de la Plaza de Toros de Ávila, don Juan Antonio Muriel.

Cuentan y no acaban de estos Certámenes flamencos, y del ambiente de las localidades andaluzas donde han estado y de la "grasia" de sus habitantes.

-Nosotros, -dice Antonio- hicimos buen papel, aunque la gente se extrañaba cuando les decíamos, lo mismo que cuando lo anunció el locutor en el concurso, que éramos de Ávila.

-Pero, bueno, ¿allí saben y les gusta el flamenco?, preguntaban. Mari Carmen Pacheco, que cada día tiene mayor afición, ha interpretado allí cante "del de verdad". Y ha maravillado a todos, y les ha ganado. Y ha triunfado clamorosamente.

La preguntamos sobre su programa para el futuro:

-Seguir estudiando -Mari Carmen está haciendo el Bachillerato- y cantar cuanto pueda.

-¿Y de Televisión?

-Las palabras siguen siendo buenas. Espero conseguirlo esta vez.

Mari Carmen Pacheco, simpática y encantadora criatura, tiene mucha ilusión con el flamenco. Y una afición sin límites, lo mismo que Antonio, su padre y guitarrista, que apenas deja su trabajo habitual está dispuesto a templar la sonanta y tocar cuanto sea y hasta cuando sea. Esta es la noticia de flamenco abulense. La nota de la existencia de aficionados de pura cepa, de intérpretes estupendos del cante "jondo" a mil y pico metros sobre el nivel del mar» (DAV, 21.09.1968).

FLAMENCOS ABULENSES.

Llegados a este punto, conviene detenernos en algunas figuras del flamenco que convivieron en Ávila con el arte que desarrolló Mari Carmen Pacheco en la década de 1960. Ellos hablan sobre las dificultades de llegar al gran público, de profesionalizar el cante y del toque que se practicaba, además de los aficionados que mantenían viva la tradición flamenca instaurada entonces en la ciudad.

En este  tiempo, cuando la niña cantante llega a Ávila desde Vadollano a horcajadas de la guitarra de su padre Antonio Pacheco, en la ciudad ya despuntaban el cantaor Antonio Soto y el guitarrista Anselmo Lumbreras, arropados por los estudiosos y divulgadores Isaac Delgado y Miguel Espín y un nutrido grupo de aficionados comprometido con el arte, los cuales más tarde se asociarán formando la «Peña Antonio Chacón», siendo todos ellos el soporte abulense que servirá de trampolín para los triunfos de Mari Carmen Pacheco, luego llamada Carmen Linares.

Deteniéndonos en estos años, es noticia que Antonio Soto, un muchacho serio y espigado, que tiene pinta gitano, pero que es “payo”, acaba de ganar el Concurso de Radio Gredos «Compás Nocturno». Cuando era niño, en su barrio, empezaron a llamarle «Pitorro» por su achaparrada y gruesa figura, apodo que se lo siguen llamando. Trabaja de oficial maquinista en los talleres de la Editorial «Senén Martín» donde se confecciona El Diario de Ávila. Él también es un referente de cante flamenco abulense, le gusta el «cante serio, cante de reunión» y sus preferencias son la caña» y la petenera. Su estreno en público, con ágiles improvisaciones, se produjo en Piedrahíta dentro de los actos del «Día de la Provincia» (DAV, 15.06.1962).

            En otra oportunidad, Antonio Soto declara que se ha especializado también en la «soleá», la «seguiriya» y el «polo», aunque le interesan todos los cantes de «Peret», a la vez que admira a Fosforito, Curro de Utrera y Meneses. También presume de haber actuado con Fosforito, la Paquera de Jerez y Pepe Albaicín, al que hizo artista el periodista abulenses, el gran Rafael Gómez Montero (DAV, 24.03.1966). De él dijo Carmen Linares que es el «cantaor de Ávila» y a su figura volveremos más tarde en estas páginas.

            Igualmente, es destacable en el minoritario panorama musical abulense de estos años el peluquero Anselmo Lumbreras, un guitarrista  que aprendió de niño en la rondalla de la Juven de Acción Católica, y que toca a ratos libres desde los nueve años «seguiriyas» y «soleás». Hacia 1962, en la barbería, Anselmo ya acompañaba con el toque, igual que hacía Antonio Pacheco, al joven Manuel Gerena, cuando este tenía diecisiete años y trabajaba colocando cables en Ávila. Anselmo también admira al cantaor Antonio Mairena; los toques de Marchena, Juanito Serrano, El Niño Ricanda y Sabicas; y el baile de Antonio Gades.  Y a la pregunta sobre si hay algún cantante bueno en Ávila, contesta: «Sí. Está «Pitorro», que canta bastante bien, y Mari Carmen Pacheco, como más conocidos, pero hay más y no lo hacen mal» DAV, 24.03.1966).

            Anselmo Lumbreras, acompaña de nuevo Manuel Gerena en el mesón ‘El Rincón’, habilitado para la ocasión por el mesonero Carlos Sánchez, tal y como reseña El Diaro: «Manuel Gerena (23 años), un genio del cante grande, pasó por Ávila y dejó en Ávila muestra de su genialidad». Aquí, Gerena pudo comprobar que Ávila contaba con una buena peña de amigos amantes del flamenco, además de flamencólogos de categoría que aquí viven, y que existe gran afición, en la cual ya despuntaba Mari Carmen Pacheco  (DAV, 27.12.1968).

En otra ocasión, la barbería del guitarrista se convierte en una singular tertulia flamenca que rubrica Marta Torres con fotos de Lumbreras, en la cual se nos pone al día de la afición en Ávila. El Diario titula entonces: «Mairena, Fosforito, Chocolate, Terremoto… y entre cante y cante, la guitarra de Anselmo Lumbreras que cambia cada tarde las tijeras y el peine por la sonanta. [Con] Miguel Espín Jr., “Catedrático” del cante grande». Es un titular que resume el arte que toca Anselmo y la afición heredada de su padre, así como los magníficos conocimientos de Miguel Espín y la afición que le viene también de su padre (DAV, 16.08 1969). En otra oportunidad, fue Miguel Espín quien presentó el recital de guitarra flamenca que dio Anselmo Lumbreras en un acto organizado por la  Peña «Antonio Chacón» en el salón de actos de la Caja General de Ahorros de Ávila (DAV, 27.04.1973). Ellos son el testimonio vivo de la vocación y devoción flamenca que imperaba en Ávila en aquella época.

TELEVISIÓN.

El sábado 27 de noviembre de 1971, la Peña «Antonio Chacón» celebra en Ávila una reunión extraordinaria con los responsables del programa de la segunda cadena de televisión "Rito y geografía del cante", al ser Ávila un excepcional y “extraño” ejemplo de cuna flamenca. Se trataba de participar en esta  serie documental, la cual estaba recorriendo distintos puntos de España para mostrar el cante flamenco, sus palos y los artistas más representativos, en lo que constituyó una auténtica revolución de la difusión del flamenco en España entre 1971 y 1973. La reunión contó con la presencia y actuación de la cantaora Mari Carmen Pacheco, quien estuvo acompañada a la guitarra por su padre Antonio Pacheco, aunque ellos ya se habían establecido en Madrid (DAV, 30.11.1971).

            Un mes después, el sábado día de Navidad, Televisión Española ofreció en su telediario vespertino, una serie de canciones navideñas de diferentes regiones entre las que llamó la atención el cante de Mari Carmen Pacheco, a quien se sigue considerando abulense, lo que no pasa desapercibido en Ávila:

«En la representación andaluza vimos y oímos entonar un bonito villancico, con el arte y el etilo que en ella son característicos, a Mari Carmen Pacheco, la [jienense] un poco abulense, porque aquí transcurrieron varios años de su vida en los que, empezando ya a mostrar el arte que llevaba dentro, se hizo figura popular como aficionada. Y también aquí, por estas fechas, cantó una y otra vez a la Natividad del Señor. Y lo mismo que regaló villancicos a sus familiares y amigos en la intimidad, los ofreció, durante varios años, a los enfermos del Hospital Provincial y otros centros benéficos, donde siempre acompañada a la guitarra por su padre, Antonio Pacheco, formaba parte de un grupo de artistas locales -humoristas, cantantes, ilusionistas, etc.- que llevaban alegría  y amor a quienes más lo necesitaban. Por eso, al verla y oírla el sábado sentimos la alegría de ver y oír algo un tanto nuestro. Y pensamos que Mari Carmen, ahora profesional y cosechando triunfos en ese difícil arte del cante jondo, se acordaría de sus villancicos en Ávila, entre ellos el que entonó en televisión, que sería recordar la época en que aquí vivió la Navidad como una abulense más» (DAV, 27.12.1971).

Antonio Soto, por su parte, acompañado de Anselmo Lumbreras, y de Antonio Pacheco en la prueba de ensayo, participa con una «soleá» y una «seguiriya» gitana en el programa de TVE «La gran ocasión» que presentaba Miguel de los Santos (DAV, 25.02.1972). Se trataba de un concurso de descubrimiento de jóvenes talentos en el mundo de la canción de los más variados géneros, en el que Soto no pareció tener la suerte que merecía. Por último, Carmen Linares canta poniendo voz a la actriz Ángela Molina en el episodio «La rubia y el canario» que dirige Josefina Molina dentro de la serie «Cuentos y leyendas» que emite TVE el 16 de enero de 1976.

PEÑA «ANTONIO CHACÓN».

Ante la importante afición por el cante que se respiraba en Ávila no es de extrañar que la misma fraguara en la constitución de una peña flamenca, lo que se produjo en 1971 por parte de un nutrido grupo de aficionados que desde hacía un año animaba una tertulia en Radio Gredos. Su objeto: «aumentar los conocimientos de los aficionados sobre este arte y tener audiciones organizadas». Su presidente y principal promotor fue el doctor Isaac Delgado San Román, un médico convertido también en experto musicólogo del folclore abulense y del flamenco (DAV, 18.12.1973), quien de sus investigaciones y trabajos nos dejó estupendas grabaciones, así como audios en los que habla del proceso de gestación de peña flamenca, de sus actividades y de la filosofía del arte y el cante “jondo” que ya programaba en la radio, a la vez que hacía audiciones en los bares. El Diario de Ávila  tituló entonces: «La Peña “Antonio Chacón” [ese era su nombre], materialización de la afición abulense al “cante jondo”. Sus reuniones semanales constituyen una auténtica escuela de Flamenco» (DAV, 19.06.1971).

Así, en una de estas reuniones que tienen lugar en un local anexo al «Bar-Sol», en la calle Vasco de Quiroga, se habla de la guitarra flamenca, de sus características, de los vicios de algunos “tocaores”, de nombres como Manolo Cano, Serranito, Paco de Lucía y Sabicas, que son primeras figuras actuales, de que casi ninguno de los grandes guitarrista sabe música y de que el conocimiento de la música, generalmente, no benefició a quienes lo aprendieron después de ser “tocaores”. Siguen audiciones de “cante grande” a cargo de los más famosos “cantaores del momento”. Y como punto final, algunas actuaciones de Antonio Soto acompañado a la guitarra por Anselmo Lumbreras (DAV, 19.06.1971).

            Una de las primeras actividades de la Peña consistió en un recital de flamenco, guitarra y poesía en el Colegio Menor Arturo Duperier. Se recitaron poemas de Manuel Machado y García Lorca, clásicos del arte español por excelencia, e intervinieron Isaac Delgado, Aurelio Delgado, Luis Garcinuño, Mariano García, Anselmo Lumbreras, Antonio Soto y Miguel Espín (DAV, 17.08.1971). El exitoso espectáculo se repitió de nuevo en la clausura de los Cursos de Verano (DAV, 21.08.1971).

A partir de 1971, la Peña de Flamenco Abulense "Antonio Chacón" se convierte en la principal promotora musical de Ávila, lo que demuestra en el desarrollo de actividades que van aumentando día a día en su afán por dar a conocer el flamenco entre los abulenses. A tal fin, la Peña promueve recitales, certámenes y jornadas, donde destacamos la presencia de Mari Carmen Pacheco, quien pronto adoptará el nombre artístico de Carmen Linares, nombre con el que la bautiza Juanito Valderrama en vísperas de una gira con Fosforito por el sur de Francia, y con el que firma su primer disco en solitario: «Carmen Linares canta flamenco» (Movieplay, 1971), compuesto con letras populares y el acompañamiento a la guitarra de Juan Habichuela en distintos palos (petenera, tango, romera, soleá, bandola, fandango, taranto y cantiña).

Entre las primeras actuaciones de la cantaora abulense, Mari Carmen Pacheco, auspiciadas por la Peña “Antonio Chacón”, está el calificado como un «verdadero recital de cante jondo» ofrecido con el guitarrista Anselmo Lumbreras en junio de 1972, y en el que también participaron los cantaores Juan de la Calle (“Juanele" de Jerez) y Agustín Fernández, acompañados por el guitarrista de Juan Antonio Muñoz, (DAV, 26.071972).

Consolidado el prestigio y poder de convocatoria de la Peña, esta organiza el Primer Certamen de Cante Flamenco de Ávila y desarrolla un ambicioso programa de varias jornadas en la Casa de la Cultura, programadas dentro de las Fiestas de Santa Teresa, contando con el patrocinio del Ayuntamiento y la colaboración de la Caja Central de Ahorros y Préstamos. Entre los actos realizados se proyecta la película «A través del flamenco», en la que intervienen destacados cantaores, bailaores y guitarristas; se visiona el documental «Ritos y Geografía del Cante Flamenco - El barrio de Santiago [Jerez de la Frontera, Cádiz]», previa la presentación de Miguel Espín y Rafael Ruiz Requena, y gracias a la mediación del director general de TVE, Adolfo Suárez; siguió un recital de cante a cargo de Carmen Linares, acompañada a la guitarra por su padre Antonio Pacheco y Anselmo Lumbreras; finalmente, tuvo lugar un segundo recital que incluyó tangos, tientos, soleás, tonás y seguiriyas a cargo de Santos Pastor [«Agujetas de Jerez»], acompañado a la guitarra por Manolo Sanlúcar y contando con la intervención del escritor y flamencólogo José Manuel Caballero Bonal (DAV, 1/10/11.10.1972), especialista al que sucederán otros como Francisco Salgueiro y Fernando Quiñones.

Tal fue el prestigio alcanzado por la Peña flamenca abulense, que su trayectoria fue destacada especialmente por la revista Blanco y Negro del 4 de agosto de 1973 titulando: «Arte y afición en la Peña Flamenca de Ávila». El artículo se hace eco de una reciente publicación, donde se dice: «La Peña “Antonio Chacón” es, especialmente, simpática si atendemos a su emplazamiento en una ciudad mesetaria, austera y de clima y personalidad, tan desligados en todos los sentidos del mundo andaluz del flamenco, como lo son los de Ávila, la amurallada, la pétrea y bella cuna de Santa Teresa». A continuación, se indica que en el seno de la Peña sobresalen la excelente profesional Carmen Linares, el cantaor local Antonio Soto, el guitarrista Anselmo Lumbreras, y los flamencólogos Isaac Delgado, presidente, y Miguel Espín, periodista de TVE (DAV, 14.08.1973).

Tal fue el éxito de las primeras jornadas flamencas organizadas por la Peña, que las mismas se repetirán año tras año durante las fiestas de la Santa, lo que apunta su presidente, Isaac Delgado (DAV, 6.10.1973), y cuyo desarrollo sucesivo lo reseña Miguel Espín en amplios reportajes (por ej.: DAV, 12.12.1974). En varias de dichas jornadas, Carmen Linares volverá a ser una de las estrellas invitadas, tal y como ocurrió en la novena edición dedicada al cantaor «Pepe el de la Matrona», que acababa de fallecer a los 93 años. En esta ocasión, Carmen Linares (Mari Carmen Pacheco para los abulenses) cantó sentida y espléndidamente acompañada a la guitarra por Juan Habichuela, rindiendo un homenaje póstumo al que fue uno de los más importantes cantaores de los últimos tiempos, y quien se recordaba por su participación en las IV Jornadas de flamenco abulense (DAV, 10.10.1980).

Y ni que decir tiene, que aunque no pudiera asistir, el nombre de Carmen Linares siempre estuvo presente en las actividades y eventos de la Peña, como lo fueron en la  inauguración de la nueva sede en la Calle Eduardo Marquina (DAV, 3.05.1976); y en la celebración del Homenaje a Don Antonio Chacón en el cincuenta aniversario de su muerte en 1979, de quien se recordaron las siguientes palabras: «Para que guste el flamenco no hace falta entender, solo es preciso escuchar» (DAV, 19.01.1979). Y también en la conmemoración del décimo aniversario de la fundación de la Peña, celebrada con unas Jornadas extraordinarias de Cante Flamenco (DAV, 22.01.1979).

ÉXITO.  

Al final de los años setenta, Carmen Linares, con dos discos en su haber grabados en 1971 y 1978, inicia su carrera. Entonces ya era considerada una de las figuras más reconocidas del flamenco femenino, una cantaora de rango con una voz ronquilla bien hecha, al decir de Fernando Quiñones. Poseedora de un “quejío” sincero y emocionante, tal y como también escribió Elvira Lindo: «De la boca de Carmen Linares salen dos voces. Tan diferentes son, que uno diría estar ante dos personas distintas. Una voz es la de la cantaora, de gran hondura, rota en ocasiones, de quejío sabio y dramático, que agranda su figura hasta inundar un espacio teatral por grande que sea y llenarlo de emoción; la otra, es la voz dulce de una mujer tan sencilla que desarma» (Babelia, 23.07.2011).

En este tiempo, había actuado en importantes teatros, viajado de gira por medio mundo, y cantado con los grandes del cante: Camarón, Enrique Morente, Perla de Cádiz, Serranito, la familia Habichuela Paco de Lucía, Fosforito, etc.). En 1977, se había casado con Miguel Espín, su novio abulense de toda la vida, siempre presente, y «poseedor de un archivo cantaor, bibliográfico y discográfico increíble, cuya sabiduría siempre fue un guía generoso y fundamental consejero en su proyección como cantaora». Y en 1978, había ganado el Primer Premio de Festival Nacional del Cante de las Minas de La Unión, donde recordó al “minerico” de su abuelo, Esteban Pacheco, que fue minero en Linares.

A partir de ahora, Carmen Linares inicia una nueva y fructífera etapa creativa, con nuevos discos y giras, destacadas colaboraciones discográficas, e intervenciones en cine, televisión y teatro. Una carrera plagada de numerosos éxitos, premios y reconocimientos, en los que Ávila no podía permanecer ajena, por lo que sus actuaciones alcanzan aquí una especial repercusión, lo que se publicita con orgulloso paisanaje de hija de la ciudad compartiendo sus logros, tal y como veremos en un próximo reportaje.