01 de mayo de 2025

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De Crónicas

DIARIO DE ÁVILA EL CONDE ORGAZ, DE ÁVILA A LA BIBLIOTECA NACIONAL [EXPOSICIÓN "EL ARCHIVO DEL CONDE ORGAZ"]

DIARIO DE ÁVILA     EL CONDE ORGAZ, DE ÁVILA A LA BIBLIOTECA NACIONAL [EXPOSICIÓN
DIARIO DE ÁVILA     EL CONDE ORGAZ, DE ÁVILA A LA BIBLIOTECA NACIONAL [EXPOSICIÓN
Jesús Mª Sanchidrián Gallego
  • 21 de Abril de 2025

El Archivo del Conde Orgaz, del que una gran parte se atesora en Ávila, ha sido durante meses “una ventana a la historia” en la Biblioteca Nacional, en una extraordinaria muestra inaugurada en noviembre de 2024 y abierta hasta estos días del mes de marzo, de la que fueron comisarios Feliciano Barrios Pintado, Luis Crespí de Valldaura Cardenal y Pío Díaz de Tuesta Vázquez. Se trata de un archivo de gran riqueza cuya conservación, catalogación, estudio y difusión fue una de las mayores contribuciones culturales del fallecido conde de Orgaz, D. Gonzalo Crespí de Valldaura y Bosch-Labrús (1936-2022), presidente de la Fundación de Amigos de la Biblioteca Nacional de España (FABNE).

Coincide entonces que la casa de Ávila de Gonzalo Crespí de Valldaura,  ilustre representante de uno de los linajes más antiguos asentados en la ciudad, fue el lugar elegido en su día para la custodia de tan importante legado histórico, tal y como el mismo señala: “Me lo llevé a Ávila. Tengo allí una ‘vieja’ casa que procede de uno de esos entronques familiares. Ávila es un lugar estupendo para conservar un archivo, porque es muy fría y muy seca, condiciones óptimas para la conservación de documentos. Está a disposición de los investigadores que acudan con sus cartas de recomendación y que puedan adaptarse a nuestros horarios. Se han elaborado ya varias tesis doctorales a partir de sus documentos, y bastantes investigaciones de diversa índole”. 

La confesión anterior sobre el archivo de Ávila se completa con otra, también del propio conde, sobre la biblioteca reunida con la meticulosidad de un bibliófilo: “La biblioteca la tenemos repartida entre Madrid y Ávila, pero querría aclarar que aunque heredamos una gran cantidad de libros, mi mujer y yo la hemos enriquecido notablemente, tanto en literatura del siglo XVI y contemporánea, en historia, en libros ilustrados del siglo XIX, góticos castellanos, encuadernaciones… Mi mujer y yo hemos disfrutado enormemente en esa labor y a mi mujer se le debe también una ordenación de los libros, sin la que la biblioteca perdería gran parte de su utilidad”.

En Ávila encontramos a Gonzalo Crespí de Valldaura en la herencia del linaje de Lezquina, dueño de la casona palaciega levantada en el siglo XV en la calle de Lesquinas, conocida con este nombre en su honor desde mediado el siglo XIX, frente al actual Colegio Diocesano, antes convento de monjas dominicas de santa Catalina.

La casa de Ávila, junto a un cuadro anónimo del siglo XVII del entierro de su antepasado, copia del que pintó El Greco, y retratos de viejos nobles, fue el escenario elegido por Gonzalo Crespí Valldaura para presentarse como el conde Orgaz, digno heredero del finado retratado en el cuadro original, que merecía cierto protagonismo en el cuarto centenario del pintor que se celebra con la exposición titulada «El Griego de Toledo» abierta en el Museo de Santa Cruz en 2014.

También el recuerdo del conde Orgaz regresa con Gonzalo Crespí de Valldaura, especialmente, cada año en las celebraciones de Semana Santa de Ávila. No en vano, el conde ostentaba el título de Hermano de Honor del Patronato de la Santa Vera Cruz desde 2014. El motivo, la cesión que hizo del Cristo de Buena Muerte, conocido como El Cristo de Anaya, atribuido a Juan Bautista Vázquez «El Viejo» que se veneraba en la catedral. Fue en 1964 cuando se incluyó este Cristo entre los pasos procesionales del Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz. La talla, del último cuarto del siglo XVI, encuadrado estilísticamente dentro del romanismo abulense con parecidos al Crucificado de Miguel Ángel, fue encargada por el fundador de la capilla en 1576, el canónigo Pedro Ordóñez de Anaya, quien había pasado temporadas en Roma.

En aquella ocasión, el conde D. Gonzalo, XXI conde Orgaz, patrón de la capilla claustral del Crucifijo en la catedral de Ávila, también conocida como Capilla de Anaya, cedió la talla para que junto con las imágenes de María Dolorosa y San Juan del escultor murciano Manuel Pérez Guillén y Soriano de 1913, propias del Patronato, conformasen el paso de la Tercera Palabra.

Un dato más sobre la ingente actividad de Gonzalo Crespí, lo encontramos al saber que tenía una ganadería que comercializa ternera de Ávila, la cual se encuentra en la Dehesa de Ciervos, en el antiguo término de Urraca Miguel, una pedanía que antaño fue señorío del Duque de Abrantes, quien también tenía palacio en Ávila.

En su mansión abulense, Gonzalo Crespí y Valladura presentó en 2014 su particular visión del cuadro de El Greco (1541-1614), coincidiendo con el centenario de la muerte del pintor. Con la villa de Arévalo colaboró en 2015 en la exposición de las Edades del Hombre prestando una obra de Goya cediendo el cuadro Bautismo de Cristo (1771-1775). Y en la dehesa de Ciervos de Urraca Miguel (Ávila) mantenía una ganadería de ternera abulense heredera de otra de toros bravos. 

Por otro lado, el linaje Orgaz entroncó con el abulense marquesado de Arenas cuando el sobrino del conde titular, Carlos Crespí de Valldaura y Liniers, se casó en 1951 con Paloma de Travesedo y Jiménez-Arenas, nieta de César Jiménez Arenas, I marqués de Arenas, que actuó como padrino, siendo el oficiante el obispo de Ávila D. Santos Moro Briz (ABC, 11.12.1951).

Finalmente, en Ávila fijó su última residencia, a caballo con Madrid y Barcelona. “Era catalán de Madrid, madrileño de Barcelona y gran señor de Ávila”, escribió Íñigo Méndez Vigo en su obituario. Y en Ávila donde fraguó su tesis doctoral bajo la dirección de Carmelo Luis López, director de la Institución Gran Duque de Alba, la cual trató sobre el señorío de sus antepasados que subtituló Estudio genealógico, patrimonial y jurisdiccional (2013).

Su reconocida valía investigadores ya le había sido reconocida con el nombramiento como académico correspondiente de la Real Academia de la Historia de Ávila, sin olvidar que Gonzalo Crespí fue publicista y empresario, practicó la filantropía y el humanismo, cultivó la archivística y la historia, profesó como bibliófilo y políglota, y se deleitaba con la gastronomía, la ópera y los toros. “Un personaje total” y poliédrico que “también merecería un cuadro de colosales dimensiones”, como el de su antepasado, "un ser absolutamente carismático, muy activo, con un gran poder de atraer a la gente, un santo laico", al decir del periodista Javier Rodríguez.

EXPOSICIÒN:

El archivo histórico del conde de Orgaz es uno de los más ricos repositorios documentales en manos privadas; cuenta con un acervo de fondos poco frecuentes que abarcan un gran espacio temporal atinente a los reinos cristianos hispánicos desde la Edad Media hasta la formación de la monarquía de España; incluye una completa serie de privilegios rodados de los siglos XII, XIII y XIV -procedentes del fondo de Orgaz y representativos de la repoblación del reino de Toledo- hasta documentación de los Hurtado de Mendoza, prestameros mayores de Vizcaya, de la casa de Mendivil, en Álava; o la correspondencia, ya en el siglo XVII, de los condes de Castrillo, virreyes y presidentes del Consejo de Castilla, o del Presidente del Consejo de Aragón, Cristóbal Crespí de Valldaura. A ello se suma un inédito y extenso fondo documental carlista, con correspondencia, fotos, etc., reveladoras de las relaciones de los condes de Orgaz con los monarcas carlista, de quienes fueron cercanos colaboradores, y que arroja una visión íntima de las vicisitudes de la causa y de la corte carlista de sus tres reyes, Carlos V, Carlos VI y Carlos VII. También hay que añadir otra documentación procedente de otras casas de Valencia y Cerdeña.

El objetivo de la exposición ha sido doble y complementario: Por un lado, rendir homenaje a la figura del conde de Orgaz, verdadero mecenas en lo cultural (fue presidente de la Asociación Internacional de Bibliófilos, presidente de la FABNE, académico C. de la Real Academia de la Historia, autor de una tesis sobre el señorío de Orgaz y de la edición de los diarios del regente de Aragón) y en lo social (presidente durante décadas de la ONG Ayuda en Acción y presidente de la Asamblea Española de la Orden de Malta), destacando su labor de conservación y difusión de un archivo nobiliario de la importancia del que fue titular.

Y, por otro, mostrar un ejemplo de archivo nobiliario reunido por el azar de la historia y de los enlaces familiares a lo largo de ocho siglos, y conservado por la no menos azarosa circunstancia de haber tenido responsables empeñados en su conservación. Destacaremos la dimensión institucional del archivo nobiliario, que no es, o no es principalmente, un archivo familiar, sino la reunión de documentos sobre los que se asentaba la administración de un patrimonio vinculado, del que el titular era solo un poseedor temporal. Unos documentos sobre los que descansaba la prueba de la existencia y legitimidad de dicho patrimonio.

Igualmente, destacan los promotores de la exposición, en la misma se  ha recalcado la dimensión del archivo de Orgaz para la historia político - administrativa, con la exhibición de significativos documentos de la gobernación de la Monarquía Hispánica, en España y en América, y la revelación de un fondo de la mayor importancia para la historia: la documentación carlista, en un amplio ciclo que se inicia con el realismo de principios del siglo XIX y se cierra con la segunda guerra carlista.

El guion de la exposición y la relación de piezas seleccionadas se articuló a través de seis focos o secciones que ilustran sobre los aspectos más antiguos, relevantes y atractivos del archivo: Señoríos y Mayorazgos, Moriscos y Judíos, Una Familia al Servicio de la Monarquía, Santa Teresa; La Llave de Gentilhombre y el Carlismo. Así se han enseñado no solo los documentos del archivo, base de la exposición, sino también una selección de piezas de la Biblioteca Nacional de España, además de obras de arte de la colección de los condes de Orgaz y Sumacarcer.

En este  contexto, Ávila juega un papel relevante como guardián de la memoria y custodia de un patrimonio único e irremplazable que se transmite de generación en generación.